7 de abril de 2013

Amontillado Viejísimo Solera 1922

Vino: Amontillado Viejísimo Solera 1922
Bodega: Toro Albalá
Enlace de la bodega: http://www.toroalbala.com
Denominación de Origen / Zona: D.O. Montilla-Moriles
Variedades: 100% pedro ximénez
Alcohol: 21% vol
Elaboración: Uvas procedentes de viñedos de suelos de albarizas. Elaboración tradicional. Vino base procedente de la fermentación de los mostos creando, a partir de diciembre o enero, una película de levaduras que cubre la superficie del vino y facilita la crianza biológica. Tras unos años desparece el velo en flor siendo trasegados los vinos y sometidos a una crianza siguiendo el sistema de soleras y criaderas en botas de roble americano con una permanencia media de entre 25 y 30 años. La criadera inicial data de 1922.

Nota de cata: Ámbar oscuro, reflejos marronáceos y anaranjados, lágrimas finas, permanentes.

Nariz de buena intensidad, algo duro al abrir la botella con sensaciones reductivas que recuerdan a la polvorilla, casi a azufre, y acetonas. Evoluciona a notas más punzantes, a frutos secos de cáscara (avellanas, almendras), cáscara de limón, bergamota y miel de romero, con un finísimo acento levemente dulzón al que se suman los recuerdos vegetales a césped, berros.

En boca es de medio cuerpo con una viva acidez, muy seco. Tanino levemente maderoso. Final intenso, especiado, amargoso.

Nota personal: 90 
Nota del grupo de cata: 91
Precio: 20 €

Los vinos de Toro Albalá son de lo mejor que uno puede llegar a beber, y su gama de vinos viejos (Amontillado Convento 1971, Amontillado Convento 1950 con 48 años de crianza en barrica) se sitúan en la cúspide de los generosos de Andalucía. La gama de Pedro Ximenez reciben el nombre de Don PX. Encontramos desde las jóvenes añadas de su Dulce de Postre, con su correspondiente productos ecológico, hasta los Gran Reserva de 1971, 1972, 1975, 1979, 1982, que bien merecen unos años de guarda en botella para que acaben de aposentarse. En la gama alta se encuentran los mejores "pedro ximénez" de Montilla-Moriles capaces de codearse sin complejos con los del Marco de Jerez. Vinos como el Marqués de Poley 1945 (500 botellas) o el mítico Bacchus 1939, que viene con una certificación notarial de autenticidad en sus escasa 1000 botellas.

Este amontillado es un vino viejo muy seco, diferente a cualquier otro amontillado andaluz y con el añadido de un precio excepcional. No se parece a nada de lo que estamos acostumbrados y es probable que decepcione a muchos aficionados por su carácter tan particular: acidez, notas herbáceas, amargosidad extrema, falta de equilibrio. Su afilada acidez promete una excelente evolución en botella y años de guarda. En algunas cosas recuerda a un clásico rancio, pero bueno, eso ya es cosa de gustos...

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